Ruta del Vino de 'Costers del Segre'

España: ‘RUTA DEL VINO DE LLEIDA’

La ruta transcurre por las comarcas del Pallars Jussà, el Segrià, el Urgell, las Garrigues, la Noguera y la Segarra en las que existe un rico patrimonio cultural y natural con el que se caracteriza cada zona. Tiene una excelente comunicación:  El aeropuerto de Lleida-Alguaire, el tren de alta velocidad que conecta Lleida capital con Barcelona, Zaragoza, Madrid y Sevilla, y el acceso por carretera por vías rápidas como la autopista del Nordeste (AP2), la autovía Lleida - Barcelona (A2) o el Eje Transversal (C25), enlazan cómodamente las distintas poblaciones que componen la ruta.

La Ruta de Lleida ofrece múltiples actividades de ocio: Visitas guiadas a bodegas con catas y cursos de vinos, monumentos, museos y centros de interpretación, senderismo, deportes de aventura, actividades acuáticas y ornitología. Entre la gran variedad patrimonial de las distintas poblaciones y parajes naturales destacan la fortaleza íbera de los Vilars de Arbeca, la majestuosa Seu Vella de Lleida, el monasterio cisterciense de Vallbona de les Monges, el monasterio de les Avellanes, el castillo de Verdú.

Las bodegas que salpican la geografía leridana tienen su origen en una tradición ancestral. Los romanos introdujeron este cultivo que arraigó con fuerza en la zona; elaboran sus vinos bajo la certificación de la DO Costers del Segre. Dividida en siete subzonas, agrupa a la gran mayoría de las viñas de la provincia de Lleida, un territorio amplio que va desde la última sierra del Montsant, con viñedos a 750 metros, hasta el Pirineo con viñas a más de 1.000, extendiéndose desde las sierras de Cervera hasta poniente de la provincia.

En su variedades de uva dominina la tempranillo, cabernet sauvignon y merlot, en los últimos años ha habido un un incremento de chardonnay, albariño, riesling, macabeu, sirah y garnacha

Sus vinos se caracterizan por su calidad en la elaboración - en su mayoría de crianza en barrica-, su cantidad de matices que aportan amplios aromas, afrutados, glicéricos, minerales, equilibrados, amables y persistentes en boca, no exentos de potencia, cuerpo, estructura y equilibrio.
Tintos: Elegantes, profundos, afrutados, tánicamente integrados, de buena capa.
Blancos: Vinos complejos, amplios, expresivos y persistentes.