Gastronomía en la 'Rioja Alta'

El tipo de cocina que combina con los vinos de la Rioja es muy amplia, en función de si se trata de caldos blancos, rosados, tintos o grandes reservas. Los primeros ligan con pescados y mariscos a la plancha o poco elaborados. Los rosados son aptos para acompañar pastas y arroces. Los tintos jóvenes casan perfectamente con los pescados azules y blancos especiados y salseados, las carnes blancas y los quesos poco curados, mientras que los grandes reservas deben tomarse como acompañamiento de platos más complejos, como los guisos y asados de carnes y de caza, así como de los quesos curados.

Productos de calidad y sencillez en su ejecución, son algunas de las notas características de la gastronomía de la Ruta del Vino de La Rioja Alta. Destacan sus legumbres, sus pimientos, ajos, cebollas, alcachofas, espárragos, lechugas, acelgas, borrajas, todo un escaparate hortícola que se traduce en buenos guisos de pochas o caparrones acompañados de codornices o chorizos de la tierra. Buenos corderos y sublimes embutidos como las morcillas dulces o el chorizo riojano.

En pescados el bacalao a la riojana, con tomates y pimientos, o el besugo en salsa, los cangrejos de río, el bonito o la merluza en salsa verde

En repostería destacan los hormigos (harina, miel, leche y canela), mazapanes de Sotos, los molletes de Santo Domingo de la  Calzada, el fardejo (empanadilla rellena de almendra), melocotones con vino, entre otros.